Burbujitas (I): Gel Dove

Sin duda alguna, uno de los momentos más placenteros que tengo es cuando me pongo debajo de la ducha, antes era cuando me zambullía en la bañera pero hace años que mi madre la quitó y la sustituyó por la ducha. No sólo se ahorra agua sino que es más cómoda para las personas mayores.


A mí me gustan muchísimo los geles de baño y jabones. Es raro que no haya más de un bote abierto y, entre mis favoritos, se halla este clásico de Dove: Su gel de toda la vida.

 Como otras marcas, Dove también ha ido sacando al mercado variedades de geles a parte del clásico. Así tenemos el que contiene perlas masajeadoras ( que ya no lo fabrican), el que reafirma, el que contiene aceites esenciales y proteinas de seda, el fresco estival... Pero, para mí, como el original ninguno.


Este gel me gusta porque hidrata en profundidad la piel. Eso del cuarto de crema hidratante no son meras palabras sino que se nota. Yo he notado muchísimo su efecto. No sé por qué la piel de los hombros tiende a resecarse, y eso que contínuamente me pongo crema, con otros geles he notado que la hidratación en la zona no es tan profunda, con Dove no ocurre. La piel sí que la aprecio muy hidratada, tersa y suave, con ese aroma tan característico de la marca.


Una fragancia a limpio que perdura. Si no quisiese usar crema hidratante tras la ducha podría hacerlo puesto que la piel está hidratada. A diferencia de los geles de Yves Rocher, por ejemplo, si que hay tal hidratación.


Este gel se puede encontrar en tamaño pequeño y grande. Su textura es muy cremosa y la espuma que hace lo mismo. Yo lo compro en Schelecker y tiene siempre un buen precio.


Por todo ello, lo recomiendo. Es uno de mis favoritos, aunque tengo más que ya iré presentando en sociedad.